La Constitución Hoy

Por José Ramón González Chávez.

La contraposición del gobierno de los hombres frente al gobierno de las leyes, es una vieja idea, presente al menos desde el choque dialéctico entre Platón y Aristóteles, pero que sale a relucir en tiempos de crisis ideológicas como la vivida en la actualidad.

Hoy, la democracia meramente formal o procedimental, basada desde hace más de dos siglos en el carácter omnipotente de una mayoría que legitima todo abuso, se contrapone a una democracia sustancial como variable deontológica atemperadora de las decisiones a tomar por la comunidad política, lo que es, al final de cuentas, el sustento de la democracia constitucional contemporánea.

El modelo garantista postula que la validez de las leyes ya no depende solo de la forma de producción de la norma (legalidad) sino también de la coherencia de sus contenidos con los principios constitucionales (legitimidad). De ahí también que en el nuevo modelo, sociedad y autoridades deban sujetarse no solo al derecho, sino también a la validez de contenido de las decisiones públicas.

La aplicación práctica de este doble contenido formal y material de las normas, permite a su vez la renovación permanente del ordenamiento constitucional en su conjunto, ya que el jurista deberá realizar una labor crítica, pero también reformadora, al encaminarse al diseño de nuevos derechos y mecanismos de protección.

No obstante todo lo dicho con anterioridad, la historia nos ha enseñado que un deber ser que no es ni nunca podrá llegar a ser, no es más que un cómodo refugio al autoritarismo y nos pone en alerta ante las paradojas con que viene ataviada la globalización y los populismos, independientemente de sus adjetivos.

Muestra clara de ello es que en términos jurídico formales nunca la humanidad había sido tan igual en términos formales y tan desigual en términos materiales; que en la época de los derechos nunca se habían violado de forma tan masiva; que en aras de la libertad proclamada por el nuevo modelo de política económica, se deja todo a la ley del más fuerte, a grado tal que en términos macroeconómicos la humanidad en su conjunto nunca había sido tan rica, y al mismo tiempo en términos microeconómicos nunca había sido tan pobre, si se considera los cientos de millones de excluidos, expuestos a un nuevo racismo determinista que considera inevitable en el nuevo modelo la miseria, el hambre, el regreso de enfermedades del siglo XIX y las muertes por falta de asistencia médica y alimentaria.

Pero en todo caso, la Paz y la Libertad pasan inevitablemente por el tamiz de los derechos fundamentales, sobre aquellos en los que todos los ciudadanos, sin excepción, tenemos algo que decir y hacer y las autoridades mucho que garantizar, proteger y difundir.

A 105 años de su promulgación (no como un nuevo código constitucional sino como reforma a la constitucion de 1857), con mas de 760 modificaciones (mas de 7 por año en promedio), pocos (pero sustanciosos) artículos que no han sido modificados, La constitucion Política de los Estados Unidos Mexicanos y los valores jurídicos que protegen su preceptos, y que se han ido corrigiendo, ampliando, perfeccionando con el tiempo, han resistido, resisten y resistirán los embates de los caprichos, ocurrencias, e ignorancias de los sexenios y las legislaturas…

Feliz cumpleaños, querida Constitución…

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