Por José Ramón González Chávez

Contexto
Los resultados del proceso electoral del 6 de junio exacerbaron el interés del Ejecutivo federal por mantener el control del Congreso de la Unión, por lo que intenta busca pasar una iniciativa de reforma a fin de renovar el Consejo General del INE y desparecer a los legisladores plurinominales (diputados y senadores) bajo el mero pretexto de la austeridad, pero que en el fondo muestra la insistente tentación de aspirar al poder absoluto al reducir a su mínima expresión la pluralidad en el poder legislativo.
Justamente por eso, es conveniente recordar las razones por las cuales surgió la representación proporcional en México y cómo ha ido evolucionando en el tiempo y en la historia política nacional.
La representación proporcional (RP) en México, apareció en 1977 en respuesta a las presiones de la oposición (en ese entonces solo era el PAN pues los demás eran realmente satélites del Partido hegemónico) que exigía tener un Congreso más representativo y democrático frente al dominio casi absoluto del PRI en hasta ese momento. Esto trajo como resultado la primera reforma electoral de gran envergadura en nuestro país, impulsada por don Jesús Reyes Heroles, quien siendo secretario de Gobernación durante la gestión del presidente José López Portillo, impulsó la iniciativa y posterior aprobación de la Ley de Organizaciones Políticas y Procesos electorales (LOPPE) en la que se incluyó a los diputados de representación proporcional o plurinominales.
Diversas voces como la de José Wolderbeng señalan que los plurinominales surgieron para democratizar al país y reconocer su pluralidad, como una incipiente manera de terminar con un régimen autoritario.
Concepto
¿Cuál es el valor jurídico político que protege la representación proporcional? Esta figura tiene como propósito, al interior del cuerpo legislativo, lograr un equilibrio incluyente de las distintas opciones partidistas en la misma proporción en que éstas han sido votadas y, frente al ejecutivo, por una parte, constituir un contrapeso real de la oposición ante las decisiones que este tome, pero también en contraposición para el gobierno, reforzar su legitimidad , mostrándose como plural.
En países como España y Portugal la RP es el único sistema electoral. En Alemania, de donde la legislación mexicana tomó sus bases, la elección del conjunto de la cámara se ajusta a este principio, como una forma estable de elección que no se supone ni transitoria ni asistencial.
En los hechos, tal como se puede constatar –aunque los menos informados no lo sepan-, tanto los unis (legisladores de mayoría) como los pluris (de representación proporcional) se votan en la misma boleta, solo que los nombres de los primeros aparecen al frente y los segundos al reverso. Lo mismo ocurre el presidente municipal y los regidores de ayuntamientos. Esto quiere decir que tanto unos como otros son votados.
Definición
La RP es un método de elección basado en la asignación de cargos tomando como base el porcentaje de votos obtenidos por un partido político en una determinada región geográfica, con el afán de proteger la expresión electoral cuantitativa de las minorías políticas y garantizar su participación en la integración del órgano legislativo, de tal manera que se refleje lo mejor posible lo que realmente paso en la elección en términos de preferencia electoral y representatividad.
De esta forma, en México la RP se utiliza para asignar 32 senadores en una lista nacional y 200 diputados federales en listas regionales por cada una de las cinco circunscripciones plurinominales.
La asignación de los espacios de representación en el Congreso de la Unión de diputados y senadores por el principio de representación proporcional, se realiza a través de dos fórmulas matemáticas: cociente natural y resto mayor, mismas que por los alcances del presente trabajo sería extenso explicar, pero se encuentran definidas en la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.
A nivel estadual, los Congresos de las entidades federativas también se integran por legisladores electos tanto por mayoría como por Representación proporcional de acuerdo a sus propias legislaciones de la materia.
Ventajas:
El consejero del INE. Uuc-Kib Espadas Ancona ha apuntado que “En las democracias estables la representación proporcional es un mecanismo eficiente para equilibrar la conformación de los congresos en complemento al sistema de mayoría… Son los más votados, ganan elecciones, por lo que este es el mecanismo regular de elección de la mayoría en democracias estables”… Eliminar los cargos legislativos plurinominales “significaría despojar de representación en el Legislativo a aproximadamente 60% de los ciudadanos, lo que significaría un retroceso de 104 años para la democracia mexicana”. Y es que efectivamente la Constitución no prevé otra forma de elección de diputados o senadores que no sea la votación universal, secreta y directa (en México no hay elección indirecta) de los candidatos, independientemente de la figura electoral por la que se postulen.
Desviaciones
La idea original de la RP al establecerse en México era la de incorporar al trabajo parlamentario a especialistas en diversas materias sustantivas para enriquecer la producción legislativa, a falta de servicios legislativos de carrera proporcionados por especialistas, tal como sucede por ejemplo en España con el Cuerpo de Letrados.
Al paso del tiempo, por desgracia esta idea original se ha perdido y desde hace algunas décadas se ha convertido más bien en un mecanismo mediante el cual los partidos otorgan cuotas o bien recompensan lealtades, amistades, compadrazgos y compromisos, cuestión que sin duda debe desaparecer pues afecta la forma y contenido de la representación proporcional; pero desaparecerla más que solución, implicaría al contrario una grave regresión al viejo problema del autoritarismo unipartidista.
¿Exceso de legisladores? ¿Según quién? ¿Comparado con quién?
Quien haciendo eco de la “inquietud” presidencial presentó la propuesta para eliminar a los legisladores de representación proporcional es el diputado federal del Morena Oscar Eugenio Gutiérrez, teniendo como únicos argumentos: 1. que “son muchos legisladores” (cómo llegó a esa conclusión?) y 2. “por razones de austeridad hay que eliminarlos” (¿Cuánto cuesta la democracia?).
Por su parte, el senador Martí Batres, también del Morena, propuso eliminar a 100 de los 200 diputados que hay (siendo senador no habló del senado sino de un cuerpo legislativo al que no pertenece) y sustituir la actual lista de plurinominales por una basada en el principio de prelación, lo cual es un error porque dicho principio tiene que ver con la equidad de género en la integración del Congreso, no con la representación proporcional en la misma (ver jurisprudencia 36/2015 Coalición «Todos Somos Coahuila» y otros vs. Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, correspondiente a la Segunda Circunscripción Plurinominal Electoral, con sede en Monterrey, Nuevo León. Representación proporcional. Paridad de género como supuesto de modificación del orden de prelación de la lista de candidaturas registrada).
El diputado Juan Martínez Flores, igualmente del Morena, propone también bajar a 100 los plurinominales, pero imponerles el requisito de haber ya desempeñado un cargo público de elección popular, lo cual es a todas luces inconstitucional, al contraponerse con el derecho de todo ciudadano a votar y ser votado, además de que tal como ya se expuso arriba, originalmente los legisladores plurinominales son escogidos por los partidos por ser gente especializada en ciertos temas a fin de enriquecer los contenidos de las propuestas legislativas y fortalecer el trabajo de las comisiones, no en razón de cuotas de poder al interior de los partidos, ni pretender añadir otra forma de reelección de legisladores, tal como sucede actualmente y al parecer por sus afirmaciones pretende dicho legislador que siga sucediendo.
Ahora bien, atreverse a afirmar que hay que acabar con los legisladores plurinominales porque “son demasiados” es absolutamente falso y abusivo de la ignorancia de un sector importante de la ciudadanía sobre el tema bajo el sello del populismo. En las democracias más sólidas los congresos se integran de forma proporcional al número de electores y prácticamente en todas ellas el número de legisladores por cada 10 mil ciudadanos es considerablemente mayor que en México e incluso va creciendo conforme el padrón lo hace. Veamos la siguiente tabla:
País | Población | Padrón | Diputados | Senadores |
Reino Unido | 67,000,000 -47.3% que México | 50,000,000 74% de la población | 650 1 x 103mil habs | 1,180 No electos 1 x 56mil habs |
Estados Unidos | 330,222,422 +68% que México | 120,529,936 37% de la población | 435 1 x 759mil habs | 100 1 x 3.3millones habs |
Francia | 67,000,000 -47.3% que México | 47,581,118 71% de la población | 577 1 x 116mil habs | 348 1 x 192mil habs |
Alemania | 83,155,031 -35-6% que México | 46,976,341 56.5% de la población | 598 1 x 139mil habs | 299 1 x 278mil habs |
México | 127,000,000 | 90,000,000 70% de la población | 500 1 x 524mil habs | 128 1 x 992mil habs |
Como se desprende a simple vista, salvo en el caso de Estados Unidos y por razones específicas cuyo tratamiento se omite pues sobrepasaría los alcances del presente trabajo, en la tabla anterior –que es enunciativa más que limitativa pues hay muchos más ejemplos con las misas tendencia- todos los países mencionados tienen muchos más diputados por cada 10 mil habitantes que México.
El «Lado oscuro” de la propuesta
Resulta más que obvia la pretensión del presidente actual y sus voceros en ambas cámaras de extinguir la figura de la representación proporcional, misma que curiosamente fue, aunque más moderada, la misma que la que Enrique Peña propusiera sin éxito en las elecciones intermedias de 2015 para eliminar la mitad de diputados de RP, aunque cabe reiterar que ya con anterioridad -reiteramos- había habido otros que en su momento sugirieron lo mismo.
¿Qué hay detrás de esta “inquietud” de eliminar la RP? Lo que había antes de su establecimiento: acaparar Poder; construir mayorías absolutas y calificadas para pasar reformas legales y constitucionales a placer; aminorar la fuerza de sus opositores en el Congreso y quitarle voz y representación a la ciudadanía.
En tal sentido, una de las cosas en las que debe ponerse énfasis en el análisis de esta propuesta que se está impulsando de eliminación de la RP, es el aspecto meramente aritmético que se esconde detrás, pues basta con recalcular los porcentajes de curules para cada partido para darse cuenta con toda claridad del cambio negativo en su composición: De no existir las diputaciones plurinominales, según los resultados oficiales del INE de la pasada elección del 6 de junio, la coalición gobernante (Morena-PVEM-PT) se hubiera quedado con el 62% de las curules, siendo que en las urnas obtuvo una votación del 44%, mientras que actualmente gracias a la RP con todo y sus aliados llega a poco menos del 48%, es decir, se ubica dentro del rango previsto por la Constitución (-8%).
Como lo muestra este simple ejercicio aritmético, eliminar la RP como figura electoral de nuestro sistema jurídico político provocaría un perjudicial desequilibrio entre la ocupación de curules y lo que pasó realmente en las urnas, que es precisamente lo que busca y logra evitar y resolver la figura de la representación proporcional.
Conclusiones
Es cierto que toda legislación es perfectible y que disminuir el número de legisladores tanto en el Senado como en Cámara de Diputados no es una novedad, es un tema que siempre ha estado en la mesa; todos los partidos en el poder han buscado reducir al número de legisladores de RP para su beneficio en términos de poder y no para fortalecer y hacer evolucionar nuestro sistema democrático.
La disminución de legisladores de RP es susceptible de ser sometida a un análisis serio y previo mediante mecanismos como el parlamento abierto, a fin de hacer avanzar el sistema democrático en nuestro país por medios nuevos, pero siempre teniendo en mente el no regreso al autoritarismo entregándole el Congreso al presidente; el resguardo de la democracia y la pluralidad; y el rechazo a la intención de desaparecer los votos de quienes se expresaron en las urnas por otras opciones y tienen derecho a ser representados.
No se puede avanzar yendo hacia atrás o mirando por el retrovisor; quizá habría que revisar por ejemplo., la posibilidad de modificar la fórmula de elección de los plurinominales, poniendo opciones para que los votantes puedan escoger entre varios candidatos y que llegué el que más votos tenga, tal como sucede en otros países.
Eliminar la figura de la representación proporcional establecida desde el COFIPE desde 1976, implicaría un grave retroceso de medio siglo a la evolución democrática del país, cuando el presidente y el partido hegemónico tenían el control total del Poder Legislativo.
Si queremos mejores diputados, establezcamos normas y procedimientos jurídicos donde lo que se escoja sea buenos parlamentarios y no gestores u operadores eficaces al servicios de quien los puso en las listas. Reducir el número de legisladores de RP no hará sino agravar el problema.