La iniciativa de «Reforma» al sistema de pensiones o el maquillista del paciente en terapia intensiva

INICIATIVA DE “REFORMA” AL SISTEMA DE PENSIONES

O EL MAQUILLISTA DEL PACIENTE EN TERAPIA INTENSIVA.

Por José Ramón González Chávez

El pasado viernes el Ejecutivo Federal envió al Congreso una iniciativa que desde su personal punto de vista implica o autodenomina una “Reforma” al sistema de pensiones, que jurídicamente no es más que una modificación casi cosmética pues solo habla del Sistema de Ahorro para el Retiro, dejando a un lado los aspectos de fondo que debería contener una verdadera reforma en la materia. Me explico:

En la actualidad hay dos sistemas para el retiro:

  1. El sistema antiguo, cuya última reforma se dio en 1973, denominado “Sistema de Reparto” o de “Beneficio Definido, donde había una gran bolsa (fondo de pensiones y de ahí mediante una fórmula según edad, tiempo de servicios nivel salarial entre otras cosas se determinaba cuánto se iba a recibir de pensión; y
  2. El “nuevo” sistema, establecido el 1° de julio 1997, denominado “de Contribución Definida”, que no establece beneficios y tiene que ver con el rendimiento que ese ahorro va a dejar en 1,250 semanas (= a + 25 años de cotización ininterrumpida).

La iniciativa que se ha denominado “Reforma al Sistema de Pensiones” no es tal, pues solo se refiere al SAR respecto de reducir la aportación de los trabajadores de .92% a .5%, que si es que llega a rendir frutos lo hará en 15 o 20 años pero que no se discutió con el sector patronal, a pesar de que afecta gravemente el fondeo del sistema pensionario.

También incluye algunas modificaciones a la Ley del IMSS correlativas a esa misma modificación del SAR, pero pasa por alto los verdaderos problemas del Sistema de Pensiones y que implican la necesidad de reformarlo en serio y a fondo, como las siguientes:

  • Para empezar, tenemos que recordar que la seguridad social implica además del salario, un conjunto de prestaciones que son médicas (preventivas, de tratamiento permanente, curativas), económicas (préstamos personales, hipotecarios) y sociales (servicios culturales, turísticos, educativos)
  • En el primer caso (prestaciones médicas) hay que tener en cuenta dos factores estrechamente relacionados: el aumento de la expectativa de vida y el envejecimiento demográfico. Las personas viven más años, por lo que cada vez hay más adultos mayores.
  • El aumento de la incidencia de enfermedades crónicas y degenerativas, muchas de ellas vinculadas a los adultos mayores (65 años) y su costo e impacto en el presupuesto dedicado al tema de pensiones.
  • La capacidad y el potencial para poder desempeñar un empleo es también mayor, lo que debería impactar en la eventual ampliación del tiempo de servicios (actualmente 1250 semanas o sea 25 años aprox.), lo que además compensaría la disminución de la oferta laboral por:
  • La disminución de la tasa de la natalidad. La gente tiene cada vez menos hijos y eso impacta en la cada vez menor oferta laboral y es la planta laboral la que precisamente con sus aportaciones sostiene el sistema de pensiones.

En cuanto a la segunda variable (prestaciones económicas), el sistema pensionario padece por décadas inamovilidad de los porcentajes de cotización y el tiempo de servicios, ni por parte de los trabajadores ni de los patrones, aunque sí una carga adicional para el ejecutivo federal, que incluyó en su proyecto de presupuesto para el 2021 un incremento del 12 a 13% en el capítulo de aportaciones pensionarias, tendencia que además ya se avisó que continuará en los años subsecuentes.

  • La necesidad de actualización de la ley del IMSS (cuya última reforma importante data de hace casi medio siglo), la del ISSSTE y la del ISSSFAM, que son las tres entidades federales de seguridad social en México, más las respectivas de sus similares en los estados.
  • La necesidad de incluir en el paquete que integraría una verdadera reforma al sistema un paquete de prestaciones médicas, económicas y sociales como proclaman las leyes de seguridad social mexicanas.

En este momento, el sistema que presenta un alto riesgo es el más antiguo (Sistema de Reparto, que es el problema central, pues ya se volvió inviable, porque al día de hoy más de 6 millones de trabajadores sujetos al régimen del IMSS (no se cuentan los que están en el ISSSTE o sus similares en los estados) son prospectos de jubilación y a pesar de que el gobierno asumió este adeudo como pasivo laboral, no hay con que pagarles, más los que se seguirán acumulando bajo dicho régimen en al menos unos 20 o 25 años más.

Pero todos estos aspectos la iniciativa presentada y que está subiendo a tribuna hoy en la cámara de diputados, ni de pasadita los toca.

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